La Fiesta de la Rosa del Azfran. En las tierras de Don Quijote.

Don Quijote y la Rosa del Azafrán, señas de identidad de Castilla La Mancha
Cuando imaginamos un plato tan español como la paella, inmediatamente nos viene la imagen de un plato compuesto básicamente de arroz, y de color amarillo. ¿De dónde viene este color típico del plato nacional español? Del azafrán, naturalmente.
El azafrán, que en realidad son los estambres secos de la rosa del azafrán, una
planta que se viene cultivando desde tiempos inmemoriales en India, Irán y la zona mediterránea, es una especia que aporta no sólo un sabor característico a los platos en los que se utiliza, sino que también colorea de un amarillo brillante los alimentos. España es uno de los principales productores de azafrán, también conocido como oro rojo, dado el altísimo precio que alcanza (ha llegado a pagarse hasta 3.000 € el kilo) y el color encarnado de los filamentos de azafrán (para un kilo de esta especia se necesitan aproximadamente 250.000 flores).
El cultivo de la rosa del azafrán en España se centra casi exclusivamente en la región de Castilla-La Mancha, cuyas características climáticas y de suelo favorecen el crecimiento óptimo de esta planta.
En un pueblo de la provincia de Toledo, al sur de ésta y cerca del límite con la de Ciudad Real, se encuentra Consuegra, una localidad que, si bien no es la máxima productora de este oro rojo, sí ha organizado toda una celebración particular alrededor de esta especia: La Fiesta de la Rosa del Azafrán.
Consuegra es una población cuyos orígenes se remontan a la época romana y que ofrece, además de la fiesta que nos atañe hoy, muchos atractivos: un castillo del siglo XI, hermosos edificios renacentistas como el Ayuntamiento y un conjunto de molinos de vientoperfectamente conservados de los que alguno de ellos aún muele grano esporádicamente (el Molino Sancho –los molinos llevan el nombre de personajes cervantinos-, del siglo XVI) y que se dice que inspiraron a Miguel de Cervantes el episodio en el que Don Quijote se enfrenta a unos molinos de viento creyendo que eran gigantes amenazadores.
La fiesta de la rosa del azafrán se celebra cada año durante el último fin de semana completo de octubre (este año tendrá lugar los días 25, 26 y 27), coincidiendo con la recogida de las flores.
Esta fiesta se celebró por vez primera en  1963 y está declarada como una Fiesta de Interés Turístico que recoge las características manchegas en la gastronomía, el folclore y las tradiciones populares.
El primer día de la Fiesta se elige a la reina de la fiesta, que es conocida como La Dulcinea, y se la corona en una ceremonia formal en la que los asistentes deben vestir capa (los varones) y mantilla (las señoras). Esta Dulcinea reinará durante todas las fiestas y cederá su cetro a la siguiente, el año venidero.
Las fiestas, enfocadas a las tradiciones más que a la modernidad, ofrecen torneos de petanca, un Concurso de Monda de Azafrán, en el que niños y adultos compiten en habilidad y velocidad al extraer los estambres de las flores. También se celebra una feria agroalimentaria y exposiciones y mercados de artesanía. No puede faltar el folclore manchego con música y danzas tradicionales –siempre con el traje típico consuegrero-.
Otra de las tradiciones curiosas de cada fiesta es la Molienda de la Paz, en la que los cosaburenses (o consuegreros, gentilicio de los habitantes de Consuegra) se acercan hasta el Molino Sancho y muelen una cierta cantidad de trigo produciendo harina que se repartirá equitativamente entre todos los asistentes en saquitos de tela como símbolo de la comunidad.
Como curiosidad, y para terminar, cabe citar que hay una zarzuela (de 1930) con el nombre La rosa del azafrán, adaptación de la comedia de Lope de Vega “El perro del hortelano”, con música de Jacinto Guerrero y que se encuentra entre las más populares del repertorio lírico zarzuelero español, contando con algunas de las melodías más populares entre el público melómano español, como es el caso del Coro de las espigadoras.

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